¿Amas a Dios? ¿Cómo se manifiesta eso en tu vida?
El Señor dijo en Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”
Aquí es importante aclarar que guardar sus mandamientos, no es amarlo; lo que quiere decir este versículo es que el amor que tenemos por Cristo promueve en nosotros la obediencia a sus mandamientos. La obediencia a Cristo está unida al amor por Cristo pero el amor no es sinónimo de guardar los mandamientos, sino el móvil correcto para guardar los mandamientos. Es decir el amor de agradecimiento que tenemos por Cristo nos lleva a obedecer pero la obediencia por si sola a un mandamiento, sin amor verdadero, no agrada a Dios.
Para amar a Dios y sujetarnos a su reinado en nuestras vidas es necesario tener una nueva naturaleza, un corazón nuevo; es decir, necesitamos nacer de nuevo tal como nuestro Señor Jesucristo le explicó a Nicodemo en Juan 3:3 “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.”
De otra manera ¿Cómo podríamos amar a alguien que nunca hemos visto o conocido? Más aún ¿Cómo podríamos amarlo por sobre todas las cosas? Es claro que para amar a Dios necesitamos que ÉL haga una obra regeneradora en nosotros y nos adopte, pues solo un hijo de Dios puede amar a Dios. El Señor Jesús dijo en Juan 8:42 “Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais” . Cuando alguien ama a Dios esto da evidencia de que ha reconocido su condición pecaminosa y recibido la gracia salvadora e inmerecida de Dios. Pues solamente amamos a Dios cuando entendemos que Él nos amó primero a nosotros, como dice en 1 Juan 4:19 “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.”
Entendemos con esto que quien no ama a Dios, no es de la familia de Dios, no tiene la naturaleza de la familia de Dios, el Espíritu, las preferencias, el corazón, las tendencias, ni las inclinaciones de un hijo de Dios. Simplemente no es hijo de Dios.
Pero ¿porque Jesús nos insta y demanda a que le amemos? ¿Será que Él necesita de nuestro amor? No. En realidad el hecho de que JESÚS nos mande que le amemos no es más que otra gran muestra de amor de su parte, pues ÉL es digno de nuestro amor y puesto que nuestro amor por ÉL nos lleva a disfrutar de su gloria, su presencia y su gracia irresistible, ¿no podríamos pensar acaso que lo que quiere es darnos lo mejor de su esencia y que esto solamente es posible cuando tenemos un afecto entrañable de agradecimiento por ÉL? Cuando Jesús dice ámame, está diciendo también : “Te amo y quiero que te deleites en mi presencia, pues solo en mi presencia hay plenitud de gozo y delicias a mi diestra”
Paul Washer dijo: “Yo no creo que el amor sea solo hacer las cosas correctas, yo no creo que el amor sea solo guardar mandamientos, yo no creo que el amor sea solo ser paciente o gentil, esa es la apariencia del amor cuando él habla y anda pero no es el amor. ¡Amor es pasión!”
¿Cómo no apasionarnos con tanto amor de parte de Dios para con nosotros? ¿Cuántas veces te ha perdonado Dios? Jesús habló sobre esto mientras cenaba en Lucas:36-48 “Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa. Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume. Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora. Entonces respondiendo Jesús, le dijo: Simón, una cosa tengo que decirte. Y él le dijo: Di, Maestro. Un acreedor tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta; y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó a ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos le amará más? Respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquel a quien perdonó más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado. Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos. No me diste beso; mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies. No ungiste mi cabeza con aceite; mas ésta ha ungido con perfume mis pies. Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama. Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados.”
Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama. Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados.
Sé un buen discípulo y ama a Cristo, clama a Dios para que cambie tu corazón, Él te ha perdonado muchas faltas y es digno de tu amor y pasión, solamente Él puede satisfacer toda tu necesidad de amor y solamente es Él quien es digno de todo tu amor. Conócelo, ora, reconoce tus necesidades delante de Él y corre a Él.
Salmos 16:11“En su presencia hay plenitud de gozo; Delicias a su diestra para siempre”
Sumérgete en el océano de su amor, es allí donde se aprende a amar de verdad.
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