Estos últimos meses han estado tremendamente llenos de lecciones para mi vida, por medio de este poema quiero compartir algunas con usted amigo lector.
«Levántate»
Una vida ocupada
en el mucho servicio
no es necesariamente
el correcto sacrificio.
Una vida ocupada
Y por el ministerio saturada
No es necesariamente
Una vida santificada
Joven sé prudente
ve en busca del consejo
No hables prontamente
Presta oído al hombre añejo
Se puede hacer mucho
Sin pasión en el corazón
Y se puede hacer poco
Pero con buena motivación
No es valioso lo que hacemos
Si al Señor no queremos
No es valioso lo que sabemos
Si con soberbia procedemos
Ay del flojo que no obra
Que con salvación se siente seguro
Que no conoce del Señor su obra
Está viviendo en un engaño puro
Pues no hay siervo que no sirva
Ni esclavo que a su amo no obedezca
Lo más seguro para el ocioso
Es que su alma perezca
Pero el Señor espera paciente
Que se proceda al arrepentimiento
Vanidad es esta vida
Pero en Él hay contentamiento
Levántate hermano mío
Aférrate a su gracia y a sus promesas
Que este mundo no te conquiste
Con sus afanes y riquezas
Pon las manos a la obra
Por quién es digno de adoración
Que Él sea en todo tiempo
El centro de tu meditación
¡Aleluya, Aleluya!
A quien derramó la sangre suya
Honor y Santidad
Para quien nos regaló la eternidad.
Pues no hay siervo que no sirva
Ni esclavo que a su amo no obedezca
Lo más seguro para el ocioso
Es que su alma perezcaPero el Señor espera paciente
Que se proceda al arrepentimiento
Vanidad es esta vida
Pero en Él hay contentamiento