Además, David le dijo a su hijo Salomón: « ¡Sé fuerte y valiente, y pon manos a la obra! No tengas miedo ni te desanimes, porque Dios el Señor, mi Dios, estará contigo. No te dejará ni te abandonará hasta que hayas terminado toda la obra del templo. (1Crónicas 28:20)
Nuestra sociedad hoy en día, a hecho de las populares “Chapas” algo comúnmente ofensivo pero aceptable, ya a nadie se le llama por su nombre, todos tienen apodos debido a una anécdota graciosa o un defecto físico, nuestras conversaciones, incluso en la iglesia, contienen bromas ofensivas que muchas veces disfrazan el rencor, prejuicio u odio que puede sentir uno hacia otro. Nadie se atreve a ponerle pausa a este lenguaje porque aquel que lo haga será un espiritualoide, anticuado, fanfarrón, aguafiestas, picón, etc. ¡Miles de cosas te podrán decir si decides cambiar o reprender esta mala costumbre! Quizá hasta se alejen de ti ¿Pero acaso honra a DIOS que hablemos de esa manera? El señor manda que nuestras palabras sean siempre sazonadas con sal, que den gracia a los oyentes ¿Cómo se define esto prácticamente? ¡Comparte la palabra de DIOS y llénate hasta los poros de ella para que lo que digas no sea vano sino alentador y más que alentador que los demás puedan conocer a JESUCRISTO por tus palabras!
Tomemos el ejemplo en las palabras de David:
- Palabras de aliento, que seguramente Salomón recordó durante toda su vida… ¡Sé fuerte y valiente, y pon manos a la obra!
- Fortaleza contra las adversidades y perseverancia respaldada por El Señor… No tengas miedo ni te desanimes, porque Dios el Señor, mi Dios, estará contigo.
- “Mi DIOS” Palabras que posicionaban a David en la mente de Salomón como “Un hombre que confiaba en DIOS, ese hombre era mi papa”… ¡porque Dios el Señor! ¡mi Dios!
- Una promesa irrefutable y para toda la vida … mi Dios, estará contigo. No te dejará ni te abandonará hasta que hayas terminado toda la obra del templo.
Que nunca se aparten las palabras de bendición de tu boca, solo los peces muertos siguen la corriente, los vivos van en contra, haz sido vivificado para bendecir, si deseas darle gloria a DIOS no hay mejor lugar donde empezar a trabajar que en tu boca.
No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres. (1Corintios 15:33)
Que el mensaje de Cristo, con toda su riqueza, llene sus vidas. Enséñense y aconséjense unos a otros con toda la sabiduría que él da. Canten salmos e himnos y canciones espirituales a Dios con un corazón agradecido. (Colosenses 3:16)