“Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos.”1 Samuel 17:47 RVR1960
Nadie dirá «yo hago la obra de Dios sin depender de Él»
Nadie dirá «Con mis propias habilidades me basta»
Sin embargo cuando tenemos una vida pobre de oración estamos evidenciando un corazón rico en autosuficiencia y cuando no escuchamos lo que Dios nos dice en su palabra y queremos vivir así la vida cristiana, es entonces que estamos saliendo a pelear una batalla propia y sin dependencia de Dios.
La batalla es de Dios y es por eso que necesitamos ir a Él día a día, orar para que nos capacite y leer su palabra para recibir luz para nuestro andar diario.
Dejemos de lado la espada de nuestra propia sabiduría y la lanza de nuestras propias habilidades y confiemos en el Señor.
Él es quien venció en la cruz del calvario y Él es el único en quien podemos ser fortalecidos.
Que este sea un día en dependencia de Dios.
Cuando tenemos una vida pobre de oración estamos evidenciando un corazón rico en autosuficiencia y cuando no escuchamos lo que Dios nos dice en su palabra y queremos vivir así la vida cristiana, es entonces que estamos saliendo a pelear una batalla propia y sin dependencia de Dios.
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Martín Manchego 