Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar. 1 Pedro 5:8
Desde que llegamos al Señor, el diablo trabaja para derrotarnos. El apóstol Pedro lo llama “Adversario” en otras versiones, el mismo termino se traduce como enemigo. En la Biblia el diablo es nombrado como “El dios de este Siglo, el príncipe de este mundo el engañador y el acusador” ( 2 Corintios 4:4, Efesios 2:2, Apocalipsis 12:9-10). Estos nombres nos hablan del gran poder que tiene actualmente sobre la humanidad.
Su propósito es engañarnos, sólo por medio del engaño es que obtiene todas sus victorias.
En las primeras paginas del libro de Job se da evidencia de cómo el diablo trabaja diligentemente para cumplir su propósito cuando cada vez que es llamado por Dios y es consultado: – ¿De donde vienes? – Las dos veces el diablo responde: – De recorrer la tierra y de andar por ella. (Job 1:7, 2:2)
Su propósito es engañarnos, sólo por medio del engaño es que obtiene todas sus victorias. Algunas de sus mentiras más comunes son:
- Dios ya no te va a perdonar.
- Haz pecado tanto que lo mejor es que sigas pecando y ya no sirvas más en ningún área de la iglesia.
- Pecar es mejor que vivir una vida santa.
- Ese hermano o hermana te odia.
- Etc.
Lo que quiero que puedas pensar el día de hoy, es que tenemos un adversario y no podemos vivir como si no lo tuviéramos. Mientras más desconocemos de sus mentiras y estrategias más oportunidades tiene de engañarnos.
El diablo, como un león rugiente está al acecho y cuando ve a uno que anda distraído en este mundo lo persigue hasta el cansancio, hasta lograr que se separe del rebaño y una vez que se encuentra sólo lo devora.
Un conocido deportista fue entrevistado al final de ganar un campeonato muy importante, ya que su participación dentro del equipo fue determinante para conseguir esa victoria. Cuando le preguntaron ¿Cómo supiste que hacer en el momento definitivo? El respondió “Yo conocía a mi adversario, sus estrategias y hacia donde dispararía”
Tenemos un adversario, su estrategia es el engaño, es un experto en ello, y dispara dardos constantemente para dañarnos. El diablo, como un león rugiente está al acecho y cuando ve a uno que anda distraído en este mundo lo persigue hasta el cansancio, hasta lograr que se separe del rebaño y una vez que se encuentra sólo lo devora.
Pero Dios que es grande en misericordia nos ha provisto de su palabra que es verdad, si nos aferramos a ella, no podremos ser engañados. Por medio de la oración podemos también desarrollar una relación más profunda con Dios, pedir perdón, fortaleza para seguir adelante y cuidado en nuestro andar. Dios, también nos ha provisto de una iglesia, una familia en Cristo, un rebaño en el cual podemos protegernos al juntarnos para buscar a Dios, conocerle y adorarle como sus hijos.
Por tanto, sed sobrio y velad esto quiere decir, estate atento y no te dejes distraer con las cosas de este mundo ni con el pecado que nos persigue. (1 Pedro 5:8, Hebreos 12:1) Más bien vístete de toda la armadura de Dios, para que puedas resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, puedas estar firme. (Efesios 6:10-18) Recuerda que sólo en Cristo podemos ser más que vencedores. (Romanos 8:37) Sométete a Dios, resiste al Diablo y él huirá de ti. (Santiago 4:7)
Que este día puedas ser libre de las mentiras y ataques del enemigo por que estás sometido a Dios al llenarte de su palabra, en la intimidad de la oración y en la protección de su iglesia.
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